Entiendo el reconocimiento como
aquella acción que una persona realiza a otra u otras (equipos) para hacer
visible las buenas o malas labores que esas personas o equipos han realizado. Es
por tanto importante saber que dicho reconocimiento se realiza en función del
previo análisis que realiza la persona que da el reconocimiento.
Un reconocimiento también puede ser
el acto o la distinción que expresa una felicitación o un
agradecimiento. Un deportista puede recibir un diploma de
reconocimiento por su buena actuación en un torneo internacional,
mientras que un cantante puede gozar del reconocimiento del público a partir de
los saludos que recibe al caminar por la calle
El reconocimiento por
tanto se convierte en una herramienta muy potente con la que podemos
contar los educadores para gestionar nuestras clases, de forma eficiente. Es una opción flexible
y eficaz para influir, orientar y desarrollar en el día a día. Puede
ser muy útil para organizar la
clase en función de los objetivos que se persiguen, de tal forma que a través
de ese reconocimiento orientamos al alumno hacia la consecución de un objetivo
concreto, por ejemplo el trabajo de equipo. Con ello podemos conseguir aumentar el nivel de pertenencia del
alumno al grupo de clase y de esta forma llegar a alcanzar un nivel de
compromiso mayor con su grupo, cuyas consecuencias se verán reflejadas no solo
en el nivel de estudio, sino también en el nivel de relación entre los
compañeros.
Todas estas evidencias vienen
amparadas por los distintos estudios que lo avalan, pero ¿Cómo se puede conseguir un buen reconocimiento?
Sin duda alguna hemos
encontrado a lo largo de nuestra vida laboral compañeros que tan solo utilizando
un feedback efectivo, una autoridad afectiva, una comunicación cercana son
capaces de alcanzar el objetivo de dar ese reconocimiento que en el fondo todos
necesitamos.
No obstante quiero compartir
ciertas claves con esos compañeros que piensan que hoy por hoy no cuentan con
esas destrezas necesarias para conseguir hacer del reconocimiento un aliado,
que nos permitirá gestionar la implicación de nuestros alumnos en el aula o en
su aprendizaje.
Todas las propuestas
realizadas a partir de ahora han sido adaptadas del artículo de Antonio
Delgado, titulado ¿Quieres ser un buen jefe? ¡Pues reconócelo!
Regla 4-1.
El reconocimiento como
hemos dicho es un tipo de feedback. Supone una información –en positivo-
de la actuación de los alumnos. En este caso hablamos de aprendizaje, basado en
el refuerzo. Este reconocimiento tiene un alto valor motivacional y
emocional.
Frente a este reconocimiento,
existe otro tipo de feedback que se centra en lo negativo: fallos,
puntos débiles, fracasos,… En términos de aprendizaje, se denomina castigo.
También tiene un alto componente emocional y motivacional.
Cuando hay una proporción
de un 80% de reconocimientos positivos frente a castigos, todo va bien. Lograré
aprendizajes y mejoras en el comportamiento, la relación con mis
profesores será sana, me sentiré motivado con mi tarea
y vinculado con mi entorno educativo.
Si la si
la proporción de castigos supera ese 20% por ejemplo,
la mitad o más de los feedbacks que recibo son negativos-, ocurren muchas más
cosas de las que seguramente esperaba mi profesor. Me iré sintiendo menos
capaz y mi autoestima-junto a mi motivación- irá cayendo.
Además, generaré una relación de rechazo hacia la fuente de feedback (mi
profesor), hacia la tarea (mi trabajo) y hacia el contexto.
RECUERDA con una ratio 80-20 tenemos mucho
ganado como mucho, de cada 5 feedbacks, al menos 4 positivos (reconocimientos) y
uno negativo,. Así de fácil.
Los reconocimientos deben ser
Auténticos y Personales
Si el reconocimiento suena
falso, ambiguo o irónico, tendrá un efecto contraproducente, generando
resentimiento o inhibición. Tiene que haber una coherencia entre lo que se dice
y siente, Por contra, si se percibe como un acto de aprecio, auténtico y
sincero, consistente y personalizado, impactará en el alumno muy positivamente.
Un buen reconocimiento refuerza, consolida y promueve lo que
los alumnos ya están haciendo bien,
Cómo escribir mensajes de
reconocimiento ganadores (5 claves) según Antonio
Delgado:
1. Concreto: Sé preciso y
explícito, ¿qué hizo el empleado que es digno de reconocimiento? Especifica los
resultados logrados. Evita generalidades como "gracias por todo lo que
hiciste".
2. Palabras impecables: El
lenguaje tiene un poder tremendo. Elige palabras positivas, no superlativas, acordes
al hecho reconocido. Palabras limpias de ambigüedades o dobles intenciones. La
ironía y el sarcasmo son una gran trampa y duelen, por muy simpático que te
suene. Inoportunos siempre, en contextos de reconocimiento.
3. Personalizado: Trata de
no repetir las mismas frases en tus mensajes de reconocimiento. Puedes
“inspirarte en tu obra previa” pero evita copiar frases literales una y otra
vez. Hazlo tan singular como fue el comportamiento que quieres reconocer. Utiliza su nombre, lograrás un extra de
atención e impacto.
4. Relátalo: Cuenta la
historia de la hazaña reconocida, en tono emotivo (aventura, sorpresa, reto,
logro,…). Una sencilla secuencia de eventos, con moraleja. Le encantará
verse como héroe de tu relato, sin duda.
5.Agradece: Asegúrate de que
en alguna parte de tu mensaje incluyes la palabra" gracias". Tan obvio
como imprescindible.
Es una sugerencia de: